Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://tomasmesu938305.livebloggs.com/45171975/italia-vs-francia-el-cabezazo-que-cambió-todo